El hombre que pudo reinar dirigida por John Huston. Con Sean Connery, Michael Caine, Christopher Plummer, Saeed Jaffrey, Doghmi Larbi, Shakira Caine, Karroom Ben. The Man Who Would Be King; Título: El hombre que pudo reinar El hombre que sería rey (Hispanoamérica) Ficha técnica; Dirección: John Huston; Producción. El hombre que pudo reinar | espana. Alberto Ruiz- Gallardón, probablemente uno de los mejores políticos, si no el mejor, que ha dado el Partido Popular y la derecha española, abandona la que ha sido su razón de ser desde que apenas tenía 2. Lo deja todo: Gobierno, Parlamento y Ejecutiva. Deja la Política con mayúscula. Críticas y opiniones de la película 'El hombre que pudo reinar' ('The Man Who Would Be King') de John Huston con Sean Connery, Michael Caine y Ch. Alberto Ruiz-Gallardón, probablemente uno de los mejores políticos, si no el mejor, que ha dado el Partido Popular y la derecha española, abandona la que ha sido. Y si no deserta también totalmente de la calle Génova, que ganas no le deben faltar, es únicamente porque a este partido lo llevó de la mano su padre y eso significaría alta traición a quien fue, es y será santo y seña no sólo de su carrera política ya extinta, sino también de su propia existencia. Fue ocho años presidente de la Comunidad de Madrid y poco más de nueve alcalde de la capital gracias a cinco mayorías absolutas consecutivas. Ningún otro líder del PP ostenta estas credenciales en la geografía española. Desde diciembre de 2. Cibeles, ha sido ministro de Justicia del primer Ejecutivo de Mariano Rajoy hasta el pasado martes. A este currículum le falta el premio gordo que nunca pudo alcanzar: ser candidato de su partido a la Presidencia del Gobierno para poder llegar a La Moncloa. Muchos opinan, y tienen razón, que ha sido mucho o muchísimo mejor que casi todos los que le han rodeado en su partido, que talento político y aptitudes de sobra tenía para llegar al palacio de la carretera de La Coruña y que otros peores, o mucho peores que él, lo alcanzaron y ahí siguen. Muchos opinan también, y asimismo razón no les puede faltar, que no era muy de fiar, que nunca ha sido completamente leal a su partido, que la ambición le cegó en más de una ocasión, que en no pocos momentos su ego se convirtió en su peor enemigo, que en su credo el fin siempre justificaba los medios, que las estrategias que empleó para alcanzar su gran objetivo casi siempre fueron erróneas y que erró también de lleno al querer lograrlo de espaldas a un partido que nunca le quiso en demasía y que siempre prefirió la mediocridad compartida antes que el talento individualista y algo prepotente que distinguía al ya ex ministro. Se va un político que se vio superado por un sueño, alcanzado y rebasado por su alargada sombra, quebrado por un deseo que perturbó su buen juicio no pocas veces. Un hombre que en demasiadas ocasiones dibujaba el futuro en el aire sin ser consciente de que el presente siempre le acababa cayendo encima. Se va un político de hechuras, audaz, rompedor, lúcido, provocador, brillante e inteligente pero escasamente listo. Se va un hombre que pudo reinar, en el sentido kiplingniano de la palabra, pero que, en el cuerpo a cuerpo por alcanzar ese sueño deseado, siempre tuvo la mala fortuna de despertarse antes de hora. Estoy convencido de que su marcha ha provocado más sonrisas que lágrimas en Génova 1. Lee 'El hombre que pudo reinar' en Yahoo Deportes. Según David Coles, prestigioso periodista de la BBC, 'los mejores futbolistas de la historia han sido Bobby Moore. Siempre les dio miedo; siempre lo vieron más como un rival que como un compañero; siempre temieron en exceso su nunca disimulada y legítima ambición, su verbo rotundo, su impecable dialéctica, su capacidad de entusiasmar a los que le rodeaban, su aura de encantador de serpientes y su facilidad para embaucar, todo hay que decirlo, con mucho ruido y pocas nueces. Pero sobretodo temían sus cinco mayorías absolutas, su contundencia en las batallas electorales donde siempre fue el preferido de los militantes populares y también de otros a los que nunca se les hubiera ocurrido votar al PP. Su salida en tromba en uno de los momentos más convulsos y preocupantes de la reciente historia de España - con el desafío independentista de Cataluña en el horizonte, aunque es cierto que ha dejado perfectamente organizada la respuesta del Estado- se vio provocada y alentada por la ejecución sumaria a la que le sometió este pasado martes, públicamente, delante de los micrófonos y sin que mediara pregunta alguna, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Su "querido Mariano" lo ha matado a sangre fría después de haberlo cocido a fuego lento. Es más: lo empezó a ejecutar desde el mismo momento en el que lo nombró ministro de su Gobierno. Era desde entonces un hombre caducado. Lo suyo, pese a lo que pueda creer el ex, nunca fue amor. Al presidente, hombre poco dado a conflictos y enfrentamientos y menos aún a trabajarse la resolución de los mismos, nunca le gustó el ex alcalde de Madrid. Le daba pereza. Y aunque pueda parecer lo contrario, ofreciéndole entrar en su Gobierno desactivó de un solo golpe - y lo desactivaron también quienes sueñan con ocupar en el futuro el sillón del "querido Mariano" - cualquier fervor sucesorio de un hombre que por resultados e historia podría aspirar a todo en caso de una caída apresurada del 'número 1'. Pocos meses después de llegar a Justicia su estrella empezó a declinar. Le dieron un ministerio repleto de minas que rápidamente empezaron a estallar bajo sus pies. La culpa fue mía", reconoció muy pronto el ya ex ministro. Y esa culpa fue aceptar un cargo que acarreaba una Ley del Aborto con trampa, cuyas líneas maestras le marcó su jefe, que fue el auténtico muñidor de la misma, pero que sin embargo siempre portó y portará el apellido del ministro; una ley que lo decapitaba públicamente, que lo echaba a los leones y que además chocaba frontalmente con la línea de actuación que había llevado tanto en la Comunidad de Madrid como en el Consistorio. Elhombre que pudo reinar Kipling, Rudyard Published: 1888 Categorie(s): Fiction, Action Adventure,Short Stories Source: Feedbooks AcercaKipling: Joseph. El hombre que pudo reinar y otros cuentos reúne cuatro de las mejores historias de Rudyard Kipling pertenecientes a diferentes etapas de su vida creativa: «El. Una ley que a la postre ha añadido la última gota de agua necesaria para desbordar el vaso y exterminarlo de la vida política. En realidad, el gran error de Alberto Ruiz- Gallardón fue entrar en el Gobierno. Debió haber permanecido fiel a la ciudad que le había dado todo el poder que ostentaba. Pero la verdad es que Madrid le aburría: "Ser alcalde nunca le llenó", reconoce uno de sus principales asesores de entonces. Al salir de su guarida quedó desguarnecido, solo, con las vergüenzas al aire y sin aliados importantes dentro de su partido. Porque lo peor de ese regalo envenenado que siempre fue el Ministerio de Justicia, como envenenado hubiera sido cualquier otro que le hubiera caído en suerte, fue que le obligaba a abandonar lo que le hacía incontestable: el Ayuntamiento de Madrid, su auténtica fortaleza; una fortaleza, como antes lo había sido la Comunidad, mucho mayor de lo que él supuso nunca, tanto fuera como dentro de su partido; una plataforma desde la que siempre era percibido como un ser temible y temido. Ignoraba entonces que al traspasar la puerta del palacio de Cibeles dejaba de ser quien era y que ser el primer edil de la capital de España era mucho, mucho más importante que cualquier cartera ministerial de un Gobierno de Rajoy. Pudo haber rechazado el ofrecimiento, pero no estaba en su ADN, nunca lo estuvo, y hubiera dicho 'sí' a cualquier proposición que le hubiera hecho el presidente por muy deshonesta que esta hubiera sido. Muy pronto empezó a pagarlo muy caro: sus índices de popularidad entraron en barrena y de ser el político más valorado del país, llegando a superar a los tres últimos presidentes del Gobierno, cayó a ser el peor ministro del Ejecutivo, solo por delante de Wert, e incluso por detrás de Ana Mato. Rajoy y su equipo médico habitual habían hecho bien su trabajo. Trabajo al que también aportó lo suyo el propio interesado planteando guerras impopulares e injustas que jamás iba a ganar y eliminando - por acción u omisión- a todos aquellos que siempre habían estado a su lado; estrechos colaboradores que contribuyeron a su irresistible ascenso mucho más de lo que a él le gustaría creer, que siempre le centraron y que en más de una ocasión le obligaron a poner los pies en el suelo, a dejar de soñar con lo que podía haber sido y nunca fue. Se creyó, una vez más, invencible y lo que realmente consiguió es volverse un político vulnerable por los cuatro costados, más débil de lo que nunca lo había sido a lo largo de su carrera política. Los fuegos de artificio dirán que la Ley del Aborto y sólo la Ley del Aborto acabó con Gallardón. Pero si bien es cierto que el apasionamiento exagerado que puso en la defensa de la citada ley para tratar de hacer suyo lo que no era suyo hacían insostenible su continuidad, no deja de ser igualmente cierto que ésta ley sólo ha sido una cortina de humo, la coartada perfecta para desembarazarse de un personaje molesto, una ladilla permanente situada en un lugar incómodo. Pocos en el Gobierno y en la dirección del partido llorarán por el árbol caído. El jefe del Ejecutivo, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general María Dolores de Cospedal, le responsabilizan en exclusiva de la deriva que han tomado tanto el "caso Gürtel" como el "caso Bárcenas". Y detrás de estos tres nombres propios, los más propios del partido, el resto de pesos pesados del PP."¡Qué cojones quieres que haga con esto!". Esta frase, con distintas variaciones en la entonación o en la contundencia, estuvo en boca del ministro en no pocas ocasiones cuando en los tiempos duros de Bárcenas o incluso Gürtel - que estalló muchísimo antes de que él llegara a Justicia- su móvil no dejaba de sonar con peticiones para que acabara, como fuera, con la sangría que estaban suponiendo, a nivel popular, estos dos casos de corrupción en los que se ha visto y se sigue viendo implicado el Partido Popular. Qué cojones quieres que haga con esto!" volvía a repetir tantas veces como fuera necesario cuando sus interlocutores - de varias comunidades, de varios ministerios y de varios despachos de Génova- le insistían en que debía actuar. Personas cercanas al ya ex ministro están convencidas de que dejar trabajar a la Justicia siempre fue interpretado por sus detractores "como una prueba más de su ambición, como un intento de acabar con el presidente del partido y el del Gobierno al mismo tiempo". Le 'explicaron' nada más llegar al ministerio el 'caso Gürtel' - añaden- y creían que esa explicación llevaba implícito cerrar de un plumazo todas las investigaciones judiciales".
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November 2016
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